Lugar de destino: Coyhaique – Villa cerro castillo
Ruta / sector: Cerro Mackay, La chabela
Itinerario / Descripción: Llegada a Coyhaique sábado 15/02, estadía en Coyhaique hasta martes 18/02, escalada en Villa Cerro Castillo hasta 20/02, retorno a Coyhaique y vuelta a Temuco 23/02
Participantes.
- Carla Carrillo
- Daniela Salinas
- Camila Oliva
- Erardo Leal
- Gerardo Sanhueza
- Karina López
- Simón Gatica
- Rubén Sepúlveda
- Jorge Valenzuela
- Sebastián Herrera
- Natasha Soto
Relato.
El viento sopla y el paisaje patagónico envuelve el ambiente, después de meses de planificación estamos en el aeropuerto de Balmaceda, con la mochila llena de material, pero también de ilusión, de ganas de escalar y disfrutar la Patagonia desde la mirada de la escalada.
Posiblemente el objetivo máximo era escalar vías de multilargo, exponerse a la altura, poner en práctica maniobras y conocimiento que se fueron construyendo durante los años anteriores. La manifestación de ese objetivo era el cerro Mackay, el protector de Coyhaique, un imponente cerro que hace de postal de la ciudad.
El sábado, después de montar campamento y repasar las maniobras nos vamos a descansar temprano, el domingo sería un día exigente y requeriría emplear toda la energía. El plan era simple, ir subiendo durante la mañana por cordadas para acometer la escalada de la vía Manantial, un clásico del Mackay y una vía que abre la puerta a la escalada de aventura. El día transcurre según lo planeado, Carla y Camila iban de punta de lanza y antes del amanecer ya estaban al pie de vía, les siguieron Dani, Rubén y Gera, para finalmente ascender Kari, Simón y Shatty. Más tarde Nata y Seba nos alcanzan para disfrutar de algunas vías de deportiva. El día acompaña, de la mejor forma en que la Patagonia sabe hacerlo, siempre en compañía del viento. Al final del día, todos de vuelta al campamento con la satisfacción de la tarea completada, se comparten las anécdotas de un día inolvidable y se planifican los días siguientes.
El lunes nos dividimos, un grupo comienza el día con calma, recuperando la energía y con el plan de conocer algún sector de deportiva. Rubén, Shatty y Erardo vuelven al Mackay para intentar la vía Euforia, una hermosa línea de 7 largos, clásica e imperdible si se visita Coyhaique. Es una escalada técnica y disfrutable, que transcurre en un bello día, el sol a ratos calienta, pero el viento incesante acompaña la ascensión. Todo transcurre sin contratiempos hasta el infame largo de travesía que presenta algunos contratiempos, pero que finalmente no afectan el itinerario. Luego de un día de escalada a eso de las 17:00 h se encuentran a pie de vía, ordenan el material y se reúnen con el resto del grupo. Los chicos visitaron el sector de Villa Jara, compartimos anécdotas y cerramos el día 2.
Luego nos trasladamos hasta el sector La chabela en Villa Cerro Castillo, un clásico sector de deportiva que se ha popularizado en los últimos años. En La chabela se respira fanatismo, muchas vías y muchas cordadas, cuesta decidir que escalar, aunque no se dejan pasar las vías más populares como Tereré, Lo de la Chabe o Falsa cumbre. El día 2 en Villa cerro Castillo nos trasladamos al Aeródromo un sector cercano a La Chabela, pero mucho menos congestionado, el viento acompaña la jornada con una incesante amenaza de lluvia que finalmente no se concreta. Cada cordada busca vías de su gusto, compartimos pegues y métodos, amenizado todo con los mates que nunca faltaron. Al final del día retornamos a Coyhaique debido a la amenaza de lluvia.
Conversando con locales descubrimos que la lluvia en Coyhaique es muy distinta a Temuco, el pronostico dice una cosa, pero la gente nos comenta en muchas ocasiones que lloverá muy poco o que no lo hará. Efectivamente, a pesar de sentir la amenaza y algunas gotas aisladas, la lluvia que esperábamos nunca llegó. Coyhaique es un paraíso de la escalada y cada persona nos nombra nuevos sectores, nuevas vías que son imperdibles. El terreno por explorar es mucho y el tiempo poco.
Ya en la recta final para volver a Temuco, visitamos el sector de Ensenada, el cuerpo ya siente el cansancio, nos tomamos el día con calma y el sector acompaña. Variedad de vías que se dejan escalar, que permiten fluir y disfrutar del paisaje. Aprovechamos además de visitar uno de los principales gimnasios de escalada en Coyhaique, dando lo último de energía en una jornada que es más de conversar y relajarse que otra cosa.
El domingo emprendemos el retorno a Temuco, de despedida tenemos el bello paisaje que ofrece el camino de Coyhaique a Balmaceda, lleno de rocas, de ese paisaje agreste pero que invita a visitar una y otra vez, que en su salvaje belleza acoge a aquellos que buscan aventura en un sitio prístino. Mientras avanzamos, todos en silencio contemplamos y repasamos las innumerables vivencias de una semana soñada, donde el entrenamiento y el trabajo permitieron disfrutar plenamente. Volveremos, eso seguro, porque escalar en la Patagonia ofrece sensaciones únicas.